lunes, 16 de abril de 2012

Diez años atrás

Diez años atrás.
La tierra era casi imposible de trabajar. Tenía abundante agua sí, pero los expertos afirmaban que era demasiado rocosa, y que el frio destruiría todo. El señor Bandar afirmaba que, en sus charlas por cartas con su hermano, el que estudiaba para ser maestre, la tierra tenía muchos "minerales" que haría que crezcan bien los cultivos. Cultivos en el Norte... si Badariel viera esto enloquecería. Su hijo menor es un niñato que habla de "reformar la casa", de que "nadie debe tener hambre ni frio"... está loco. Y encima lleva al bastardo ese a imponer presencia a su lado y le da un cargo de autoridad. Poniente se está yendo literalmente a la mierda.
Mi nombre es Koren y soy un veterano de la Guerra de los Nueve Peniques. Serví junto a Badariel Blackstorm y luego junto a su hijo Bandar en la batalla. Ahora quiero que se me dé lo que me corresponde: mi jubilación. El joven señor asumió hace algunos meses y otros soldados licenciados tras la guerra dicen que su sistema puede ser muy beneficioso. Pero todavía no he visto nada de eso. Así que quiero tierras, quiero paz, la que me merezco por mis años de servicio.
Un viento frio soplaba mientras un adolescente Bandar, con las cicatrices de la guerra a flor de piel y mirada recia, me explicaba cómo iba a funcionar el "intercambio de tierras". A su lado estaba el bastardo, Richard, un hombre raro para mi gusto, no entiendo porque Bandar confiaba en él... nadie debería confiar en un bastardo. Sé que Badariel lo apreciaba pero... ¿nombrarlo capitán de una guardia de niños? Bandar seriamente tenía problemas.
-Bueno Koren, la cosa es así -dijo el Blackstorm-, esta es tu tierra. A los hechos, es tuya y podrás trabajarla a tu antojo, pero como veras, te he dado más tierra que la que mi padre te hubiera asignado. Y no lo hice porque me caigas bien ni nada de eso, sino para que puedas trabajar mejor. Estoy dándole tierra a familias con la siguiente consigna: como veras, los campos están delimitados en tres franjas, las rejas son claras y las mediciones también. Puedes sembrar las franjas como quieras, pero siguiendo algunas reglas: Una de las franjas que está ahí es tu tierra, podrás usarla para cultivar lo que quieras. ¿Ese vallado y maderas que están ahí? Son protecciones para el frio. Podrás "tapar" tus cosechas, no las salvara ante grandes nevadas y granizos, pero al menos tienen una chance de sobrevivir. Como te dije, una de esas franjas será tu tierra y lo que quieras plantar ahí no es de mi incumbencia. Otra franja, pongamos aquella que está allá por caso, esa es la tierra que vas a usar para plantar lo que la Casa necesite. Te vamos a dar semillas para que lo hagas. Eso es para la casa. No soy exigente con ese tema, pero si quiero cultivos y buena provisión de esa tierra. Y no, no es la mejor de las tres franjas. La tercera y última es para plantar cosas que se necesiten, o para los animales; lo que produzcas en esta última franja lo puedes vender en la ciudad, pero la Casa se reserva el derecho de comprarla primero con una oferta superior, o bien eventualmente comprarla en un precio bajo pero podrás venderla a la Casa sí o sí, siempre que el producto este en buen estado. Esto te garantiza que la producción, aunque sea a bajo costo, la vas a vender, siempre y cuando la trabajes como se merece. Y garantiza que tengas dinero para mover el comercio. Y antes de que lo preguntes, también tengo en cuenta el barbecho, por eso tienes tres franjas para trabajar, tendrás que almacenar lo suficiente como para cuando tengas que hacer barbecho mantener los rindes solicitados. Para eso te estamos dando la tierra, una casa completa con las herramientas necesarias, un granero y un molino de agua para que muelas lo que produzcas. Aparte todas las casas vienen con una arboleda de frutos secos. Y animales.
-Muchas gracias señor Bandar. Creo que mi familia y yo podemos empezar a ver qué se puede hacer con este yermo.
-¿Yermo?
-Sí, señor Bandar... todo lo que usted dice suena hermoso, pero estamos en el Norte, nada crece y estos campos tienen muchas piedras.
-¿Y qué pretendías... tierras en El Dominio? Esta tierra tiene oportunidad, solo hay que dársela. Hay que esforzarse y vas a ver cómo va a rendir. Hay suficiente agua y los canales de riego van a estar terminados en poco tiempo. Con agua y trabajo duro, la tierra va a dar a luz alimento para todos.
-¿Canales de riego?
-Claro, gasté toda la fortuna de la casa en el desarrollo de estas granjas y otros emprendimientos... si no funcionan, nos vamos a la ruina -Bandar entró a reír a carcajadas-
-¿Toda la fortuna?
-No te preocupes Koren, esto va a funcionar, lo sé. Estuvimos mucho tiempo armando esto con expertos. Lo único que necesito es tu mejor esfuerzo.
-Señor Bandar... ¿Cree usted que esto va a funcionar? Cultivos en el Norte... es una locura.
-No, no lo es. Y no solo son cultivos, hay más. Hay plantaciones de árboles.
-Ajá... teniendo el Bosque de los Lobos...
Bandar volvió a romper a carcajadas.
-Claro, pero no todos los árboles del bosque crecen al mismo ritmo, ni todos producen frutos comestibles. Hay plantaciones de avellanos, almendros, nogales, y arces para hacer jalea. Van a llevar sus años en rendir dividendos, pero lo van a hacer. Lo mismo aquellos árboles que crecen rápido y los vamos a usar para tener madera en abundancia.
-Pero hay madera en abundancia.
-Sí, pero no puedo estar mandando gente cada vez más y más profundo al bosque para buscar madera. Se planta los árboles y ya.
-Ajá... ¿Y qué más señor Bandar? ¿También va a haber criaderos de animales? -dije irónicamente, el muchacho estaba loco-
-Claro, de peces también, pagué unos especialistas del Sur que saben como criar y hacer grandes peceras y "granjas" para peces... vamos a tener truchas y salmones en abundancia. Aparte se puede tener renos, alces y uros, algunos animales son más domésticos y los vamos a criar, lo mismo que nutrias, visones, armiños y chinchillas.
-¡Y lobos!
-Ajajajaja no, lobos no, nadie puede criar lobos. Ni osos. Tampoco estoy loco.
-Bueno... esperemos que funcione su plan, señor Bandar. Por el bien de la casa Blackstorm.
-Enfócate solo en trabajar y vas a ver que sí.

Seis años atrás
Había hablado con Bandar bastante, más con los inspectores que mandaba a chequear todo. La verdad... tenía razón. Mi familia y yo hicimos un gran esfuerzo y logramos hacer que esta tierra yerma se convierta en algo productivo. Estaba claro que no era un vergel, pero la tierra era fiel y cumplía. Habíamos almacenado bastante, había comida en abundancia, principalmente conservas, una especialidad de nuestra tierra. Las hacíamos con las plantaciones de moras, arándanos y bayas, que crecían bien pese al frio. Bandar había ordenado este año plantar remolachas y papas. Así que deje mi campo en barbecho así recuperaba fuerza y me centré en que una de las franjas de lo solicitado por la casa y el resto para mi familia. Este año no venderíamos como los anteriores, pero bueno, podíamos darnos ese gusto. Mi hijo estaba enamorado de Trono, decía que la ciudad estaba creciendo a pasos agigantados y quería ir a aprender un oficio a la ciudad. Pero mis otros niños tenían que ayudarme. Toda esta fantasía de Bandar parecía estar dando resultados.
Esta vez la inspección incluyó al señor de la Casa. Volví a ver a Bandar después de un tiempo. Había sido padre y estaba más prolijo que la última vez. Estaba claro que su señora esposa se encargaba de darle un porte presentable y no la de un campesino.
-Hola Koren, tanto tiempo.
-Buen día señor Bandar ¿Qué lo trae por esta granja ignota del Norte?
-Ya no tan ignota, dicen que la granja de Koren produce una mermelada de arándanos muy sabrosa.
-Así es... tengo que decir que no lo creí posible, pero funcionó.
-Tus tierras se ven muy redituables.
-Llevó tiempo, pero removimos buena parte de las rocas grandes, los arados que usted nos dio son solidos. Y las otras herramientas se llevan bien con el frio, la madera no se astilla enseguida y los rastrillos aguantan un choque con las rocas.
-Era la idea cuando las encargué. Ahora te traje otro regalo.
Bandar me extendió unos abrigos de piel que llevaba en una carreta con la gente que lo escoltaba.
-Son tuyos, Koren. Producto de los criaderos.
-Son... hermosos.
Me probé uno, era realmente cálido.
-Ya te dije hace unos años atrás que esto lo íbamos a lograr todos trabajando en conjunto. Y si tenemos suerte, vamos a ir mejorando más. Pero bueno... tengo una propuesta si te interesa, Koren.
-Lo escucho, señor.
-Tengo buenos soldados, muy jóvenes y verdes. Necesitaría que los entrenes. Eras de los mejores de las tropas de mi padre... y ellos se han vuelto cómodos y quieren dedicarse a la tierra. Confió en que quizás prefieras volver a las barracas.
Miré mi casa, la tierra, mi familia... Vivíamos bien, la casa era confortable, teníamos algo de dinero...
-No señor Bandar, me he vuelto tan cómodo como ellos. No cuente conmigo para ello. Pero si necesita alguna vez armar una leva de gente, estoy dispuesto a participar de ella.
Estaba claro que tenía que cuidar este presente. El invierno siempre está acercándose y esto era un verano inesperado. Bandar había logrado cambiar la fisonomía de la casa y construir algo que si bien no era perfecto, estaba volviéndose un hermoso proyecto. No, no era la hora de volver a las armas. Quería disfrutar de mi tiempo.
-Comprendo, Koren. Bueno, cuando quieras, las puertas están abiertas. Por cierto, mira esto.
Uno de sus escoltas desenfundó su espada. Me puse algo nervioso, pero me la acercó. Tomé la hoja y la blandí unos segundos. Era una buena espada.
-Es buena, señor.
-Perfecto, necesitaba la aprobación de ustedes los veteranos. Saber que mis herreros están armando buenas cosas.
Nos despedimos. El proyecto de Bandar marchaba bien... ¿Pero el Norte aceptaría algo así? Había habido grandes progresos, los almacenes en la ciudad guardaban abundante comida, había casas sólidas y venía gente de distintos lugares a instalarse. Bandar aceptaba a todo el mundo, pero para mí eso era un error. Confiaba demasiado en su carisma. Había gastado la fortuna del padre con la venía del Snow ese, y la plata que había traído de dote de su esposa también. Creo que la había recuperado... pero fue una jugada muy arriesgada. Se decía que había unas minas que estaban dando buenos recursos, y que Bandar había decidido aumentar las reservas de alimento. Que había traído un artesano a encargarse de organizar a los herreros de la ciudad, y que quería hacer que la casa volviera a ser el "Orgullo de Ingeniería del Norte", o alguna tontería así. Yo le diría que empiece a preparar soldados... la situación en Poniente es tan frágil...
Un día le pregunté, cuando lo vi en la ciudad rodeado de gente que le pedía oportunidades:
-Señor Bandar ¿Porqué confía en este grupo de marginados?
-Hola Koren… ¿Porqué? Porque no tienen más nada que lo que podamos armar. Y lo vamos a defender con uñas y dientes si es necesario. Toda esta gente quiere mejorar. Y tu granja ayuda mucho a eso.
Estaba claro que el chico estaba loco.

Hoy día
Estuve en la leva que resistió el ataque de esos bárbaros a Trono. Nunca vi que esa escoria pudiera mantener tal disciplina, pero lo hicieron. La otra leva sufrió grandes bajas. Si bien las armas que usamos son buenas, y el entrenamiento era adecuado, no estábamos para pelear contra enemigos entrenados. No obstante, vi que las unidades de la Casa aguantaron bien, y esos escorpiones son de fiar.
Pasaron diez años desde que volví a estas tierras. Mucho, muchísimo ha cambiado. Estoy más gordo y con menos pelo. Pero mi familia vive bien, no tengo frío ni hambre. La tierra es moderadamente fértil, y el señor ha organizado las tierras de cultivo. La ciudad es hermosa y grande, cada vez que vengo a entrenar me cercioro que Bandar está haciendo un gran trabajo. Incluso mi hijo que trabaja en la ciudad dice que mis nietos están aprendiendo a leer y a escribir, y un oficio en algo llamado "Escuela". Y que hay lugares donde se guardan libros. Y no sé cuantas cosas más, cada vez que habla de la ciudad empieza a babearse el muy idiota.
Pero sí, el señor me cerró la boca. El bastardo me cerró la boca. Tenía demasiadas objeciones, creía que Badariel había sido un buen señor, pero sus tres hijos han hecho un muchísimo mejor trabajo. Desde la vuelta del maestre todo parece más serio, y el tal Frank ayuda bastante, mi hijo también habla de él.
Estaba volviéndome para casa a los pocos días después de que los médicos me miraran, los mismos tipos que manejaban las catapultas, increíble, cuando me interceptó el señor.
-Koren, gracias por participar en la defensa, mi oferta sigue en pie todavía para entrenar la leva.
-No señor, pero mi lealtad está fuera de toda duda, y vendré a defender la ciudad las veces que sea necesarias.
-Me enteré que tienes unas mermeladas de moras muy ricas, hablan muy bien de ellas.
-Así es, señor.
-Hagamos algo, llévate esto y después me traes algunos frascos ¿De acuerdo?
La gente de Bandar me trajo unas herramientas muy específicas. Eran de un trabajo muy particular, y no veía ese tipo de herramientas desde que estuvimos en el Dominio.
-Las mandé a comprar a los Tyrell, así que son buenas. Es para mejorar las tierras de cultivo.
-Gracias señor.
Tomé las cosas y volví para mis moras, arándanos y cultivos. Me había vuelto un campesino, pero todavía empuñaría las armas si se lo necesitaba. Todavía había bandidos por la zona y conflictos, pero de a poco la Casa los iba controlando. Había gente de todas las demás casas en Trono, negociando y buscando alianzas. Éramos una casa pujante. Mi hijo el citadino me dijo que Bandar estaba planeando unos grupos de especialistas para trabajar en sus tierras y en el Norte, ingenieros, arquitectos y especialistas agrícolas y que él quería unirse a ellos.
Tenemos que proteger esto. Esta idea, esta forma de vida, esta tranquilidad… esta locura del muchacho: siempre pensé que Bandar era un loco que terminaría haciendo que los Stark nos borren de la faz de Poniente. Ahora sé que lo es. Pero al menos se ha ganado el aprecio de todos y está luchando para que todos podamos vivir mejor. Y es un gran cambio al "pan y guerra" que ofrecen en el Sur. Definitivamente tenemos que proteger esto.

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