martes, 27 de diciembre de 2011

Bandar y Mildred I


Paff! El golpe sonó seco. Parecía una fuerte pelea entre los dos. Se buscaban constantemente, pero las decisiones de él repercutían mucho en ambos. El camino estaba pavimentado de decisiones difíciles. Pero luego vino el beso. Un beso de necesidad. Ambos se abrazaron.
El silencio se hizo entre ellos, hasta que ella susurró un insulto, que hasta sonó tierno.
-¿Estas enojada?
-Estaba preocupada, tarado. ¿Qué le iba a decir a las nenas si te pasaba algo?
-Ya sé, amor. Tendría que haber pensado en eso. Tendría que haber pensado en qué pasaría con ustedes si me pasaba algo. Pero... me bloquee, no sé, quería averiguar que estaba pasando. Eso era una amenaza para todos... para las nenas... para vos. Yo... yo prefiero morir mil veces antes de ver que a ustedes les pase algo malo. No lo soportaría...
-¿Y qué ibas a hacer si eras vos el que nos hacias algo? ¿Cómo podría mantener unidos a todos si venís como una de esas cosas? ¿Cómo iba a prenderte fuego? ¿O si te mataba esa... esa ladrona?
-Shhhh amor. Nada de eso paso. Fue muy imprudente de mi parte. Creo que estoy algo imprudente ultimamente. Perdón... ¿me perdonas?
-Tonto - Ella lo golpeó con delicada suavidad en el pecho. Él limpió sus lágrimas, y ella las de él.
-Estamos llorando como dos nenes.
Un beso tierno siguió a la sonrisa de ambos ante el comentario.
-La próxima vez lleva a alguien con vos...
-Queria llevar a Selina... pero nunca apareció...
-¡Tenías a Richard! ¡Y a ese otro chico y los mandaste a los dos de vuelta!
-No confiaba en el chico para hacer bien su trabajo, y a Richard lo mandé para coordinar un poco el tema del ejército, sabes que él sabe más que yo. Yo me estaba comunicando a través del cuervo blanco
- ...No hablemos de tu hermano...
-¿Qué pasó ahora con él?
-Él vino, y me dijo que te había dejado solo entre las cosas esas, con esa asesina... como si fuera lo más normal del mundo. ¡Como si todos los días dejara a su hermano con asesinas desconocidas y cadaveres que caminan!
-Mi hermano nunca fue hombre de tacto... y convengamos que estuvo tres meses apresado obligado a combatir en la prisión de los Locksley
-Entiendo que es tu hermano... y que tu papá mucho no lo quizo ni lo educó como a vos... pero me enseñaste mucho a mi...
-Él es así, es un buen hombre. Vos ves sus fallas, pero no sus virtudes. No ves su valor, no ves su lealtad, su coraje, su disposición y sacrificio. Comete errores, como todos. Pero es mi hermano y lo valoro tal cual es. Aparte, nunca te conté demasiadas cosas de Richard y de mi padre. Dejame que te cuente: Nuestro padre, Badariel Blackstorm, no era el mejor de los padres, pero tampoco era malo. Yo no recuerdo tantas cosas de él, estuve mucho tiempo estudiando en el sur. Mi abuelo era una rata inmunda.
-¡Hey, tu abuelo tenía a mi padre de mano derecha!
-Se dicen tantas cosas de tu padre, amor.
-¡Todas mentiras!
-No importa, te estaba contando de mi padre. Antes de que yo agarrara la casa e invirtiera en todas las mejoras que existen, la casa no era distinta de cualquier otra del Norte, o el resto de Poniente. Mi padre trataba a sus campesinos como vasallos y no como habitantes de la tierra, la casa rebozaba de oro pero afuera la gente tenía hambre y frio. Recién ahora estamos construyendo las murallas de Trono, ni eso se preocupó por hacer. No hay grandes caminos que unan nuestros pueblos. No hay estructuras financieras como ahora, ni gente competente con las finanzas.
-¿Como yo?
-Como vos. De mi padre solo hay recuerdo de un pasado turbio. Padre era un hombre agresivo, siempre le preocupó la familia más que el pueblo, no había más justicia que la suya, ni códigos validos. Respetaba las leyes del Norte y ya.
-No me disgustaría que heredes algo de su preocupación por su familia.
-¡Hey! Me preocupo por mi familia. Es más, mi padre no sé si estaba de acuerdo con que me case con vos. Y a Richard lo traje yo a la Fortaleza. Mi madre no soportaba verlo, y a mi padre le daba igual. Mi padre no era un mujeriego, quería mucho a madre, pero ella nunca le perdonó lo de Richard, y eso hizo que él empezara a buscarse mujerzuelas, junto con mi tío, que si tenía fama de mujeriego.
-Como tu primo.
-Claro, Frank salió todavía más pintón que mi tio y... creo que hasta más desbarrancado. En fin, casi todas las reformas que hay en la casa las implementé yo, siguiendo un lineamiento histórico de la casa y en base a muchas de las cosas que me pasaron. Padre no era devoto de la política ni de la corte, era un militar, que se alegró mucho con la guerra de los Nuevepeniques. Le gustaba la gente en su lugar, que nadie tocara sus cosas y pelearse con quién fuera para probar que era mejor.
-¿Pero a vos te quería, no? O sea, yo no lo conocí casi.
-Sí, a mí sí. Pero a Richard lo trataba con indiferencia. A mi hermano menor no lo conoció tanto, en especial porque partió rápidamente a la Citadel. Mantuvo a su madre, pero nunca le importó demasiado. En la guerra lo trató como uno más. Creo que lo más generoso que hizo con él fue regalarle una capa de lobo y su espada... bastarda. Sé que no lo hizo para ofenderlo. Pero el gesto tampoco quedo muy bien que digamos. A Frank le regaló su espada y a mi el martillo y la armadura.
-¿Amaba a tu madre como vos a mí?
-Sí. Mi madre murió poco tiempo después de que me casé con vos, pero él la quería genuinamente. No le gustaba que ella les diera ayuda a los pobres, ella tenía un corazón de oro. Ella si estuvo de acuerdo en que vos y yo nos casaramos.
-Ay que linda. Tenía un corazón de oro Igual que vos. Siempre las suegras son perfectas y nosotras las esposas somos...
-¿Notó un tono de ironía? No, no era perfecta. A Richard lo odiaba y se lo hacía notar siempre que podía. Lo que sí nunca me dijo es si tengo más hermanos que Richard y el maestre. A padre tampoco le gustaba que ella no fuera muy noble, y nunca se preocupó demasiado de hacerla crecer "socialmente".
-Tu familia es complicada, ¿sabes?
-Mejor no hablemos de tu padre...
-¡Hey!

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