sábado, 31 de diciembre de 2011

Lythene


Selina se durmió abrazada a mí, estaba bastante asustada, y no la culpé, si esa piedra era de "Los Otros" la iban a venir a buscar. Además por el momento todo lo que había visto a través de Whitewing se había cumplido eso significaba que la visión que había tenido podía ser perfectamente real.
Nos cubrí con mi capa para resistir el frío de la noche, Ser William se había quedado en la tienda.
Como caballero que soy no puedo dejarla sola... pero eso significa ir al muro... Ir al muro con Selina, solos, eso son varios meses de viaje... sin alcohol y sin mujeres más que ella... No es que me moleste pero eso no puede ser bueno ni para ella ni para mí...
No sé cuando me dormí, cuando me desperté el fuego ya se había apagado, estaba amaneciendo y Selina todavía dormía. Me quedé mirando el cielo, esperando que se despierte y recordé cuando hacía eso mismo diez años atrás con Lythene. Su cabeza descansaba sobre mi pecho y yo la escuchaba respirar... podía quedarme así por horas...
Necesito una cerveza...

No pasó mucho hasta que ella se despertó. Cuando abrió los ojos me miró y me dijo:

-Buenos días- sus ojos reflejaban algo de duda, quizás creía que iba a irme.
"No me mires así que bastante raro ya está todo" pensé.

-Buenos días. Veo que estaba cómodo mi hombro.

Pareció tomar coraje antes de hacerlo pero me besó.

-Mucho... Gracias...

No parecía querer soltarme así que le seguí el beso un rato más.

-Creo que no está bien que me beses mientras está acá Ser William. Voy a tener que pedirle disculpas por haberlos interrumpido a la noche…

-Me estaba contando sobre el sur... no pasó mucho... sobre las enormes torres, como es Kingslanding... esas cosas...

Me reí. Varias veces yo había hecho eso mismo para conquistar mujeres.

-Bueno, tendrás que conformarte con mis historias mientras viajemos al norte, supongo que él no vendrá… aunque no se lo impediré si quiere hacerlo. Le enviaré un mensaje a mi primo lo antes posible y sería bueno que partamos cuanto antes.

-¿Al norte?, ¿Qué vamos a ir a hacer al norte?

-Bueno, te voy a explicar la situación… pero por los siete dioses, no te asustes y escuchame- hice una pausa para pensar bien qué era lo que iba a decirle, no quería asustarla más de lo que ya estaba- El “no muerto” que te atacó no es el único que anda dando vueltas por estas tierras. En total eran cinco, por lo que quedan cuatro si contamos el que ya eliminamos. Por eso no podemos arriesgarnos a quedarnos en el Trono del Relámpago. No puedo dejar que esas cosas caminen cerca de las tierras de mi primo… El único lugar en el que creo que podemos obtener una respuesta sobre esa piedra es en el Muro.

-Pe... pero... ¿al norte no hay más de esas cosas?... ¿¿y si atacan el muro??

-Serían muy tontos si atacan contra un muro, es evidente que algunos ya pasaron de este lado, y esos son los que más me preocupan… A como está la situación hay dos cosas que podemos hacer, la primera, quedarnos en algún lugar y esperar que nos encuentren. La segunda es ir al muro y que la guardia nos ayude a liberarte de lo que sea que hace esa piedra… A todos los efectos prefiero la segunda opción.

-Pero... ¿a la muralla?, no...

Selena estaba blanca como una hoja y comenzó a temblar, siempre la había visto como una mujer valiente y decidida y ahora... esa imagen se había cambiado por la de una mujer indefensa que necesita ser protegida. Y yo no podía dejar a una mujer indefensa sin protección... le pasé la mano por el pelo intentando calmarla.

-Ojalá hubiera podido ir solo, era mi idea en un primer momento, pero parece que no hay más opción… y no se me ocurre a alguien más que podamos recurrir por algo así… aunque me ofende un poco que no quieras venir al norte a pasear conmigo… no soy tan aburrido…

-Pero la muralla esta llena de criminales.... y violadores.... y monstruos..... no es que no quiera estar con vos...- dijo y me abrazó con fuerza.

Ese abrazo solo confirmaba más mi teoría de que ella sí sentía algo por mí, algo más que pasar una buena noche con un caballero... eso se estaba complicando... pero no podía dejarla sola...

-¿Y vos pensás que yo dejaría que te hagan algo?

-No... pero tengo miedo... solo quería eso que se veía lindo... no quería tener nada que ver con todo esto.... ¿no me vas a abandonar no...?, ¿te vas a quedar conmigo hasta el final... no?

-Tranquilizate- le seguí acariciando el pelo para que se calme- No te voy a abandonar, ni te voy a dejar sola… pero necesito que vengas conmigo, sé que no es fácil lo que te estoy pidiendo, pero no tengo más opción que llevarte, si de mí dependiera no te llevaría a un lugar así. Además ya te dije que mientras tengas esa piedra no me voy a separar de vos.

-Te voy a seguir a donde me lleves...- se me abrazó al cuello apoyando su cara contra él.

No hagas eso, eso era lo que hacía Lythene siempre...
Suspiré, tenía que seguir adelante, ya no podía volver atrás, pasara lo que pasara. Pasó un rato hasta que recuperé el control y volví a hablarle.

-No podemos perder tiempo, tenemos que volver al Trono en busca de provisiones y tengo que hablar con mi primo.

No la solté, esperaba que ella me soltara primero pero todavía no lo hacía cuando Ser William salió de la tienda desperezándose.

-Buenos días- dijo con un bostezo- mierda que dormí, no esperaba dormir tanto...

-Buenos días Ser William, se duerme bien aquí a pesar del frío.

Él se rió.

-No me parece que lo estes sufriendo mucho Ser Frank! me parece que no lo sufriste en toda la noche.

Me reí. Selina poco a poco se fue soltando.

-Le pido disculpas por haberlos interrumpido anoche, pero confíe que fue por una razón que no se podía posponer...- me paré. La miré a Selina y le dije- Voy a ir a ver a mi primo, ¿te querés quedar con él mientras voy? Eso siempre y cuando él me prometa que se quedará aquí hasta que yo vuelva.

Confiaba en que era un buen caballero y la iba a cuidar mientras yo regresaba.

-No parece que ella quiera separarse, pero si se queda prometo cuidársela.

Selina tenía los ojos clavados en mí cuando me di vuelta para ir a buscar el caballo.

-Usted debe saber que siempre son las mujeres las que deciden- sonreí- tendremos que partir pronto, espero que la próxima vez tengamos más tiempo para conversar y compartir una cerveza en la taberna.

Escuché que Selina murmuró:
-Como vos digas Frank...- el tono en que lo dijo parecía triste, parecía estar decepcionada y por primera vez no me miró a la cara.

"Frank no te vayas"
"Perdoname Lythene, tengo que partir, la guerra llegará aquí sino la frenamos, no puedo dejar que te hagan daño a vos y a nuestro hijo"
La besé dulcemente, sabía que a ella le preocupaba que a mí me pasara algo.
"No vas a estar cuando nazca el bebé..." unas lágrimas cruzaron sus mejillas y casi estuve a punto de quedarme, pero no lo hice. Le sequé las lágrimas y la volví a besar.
"Vas a estar en buenas manos, tu padre, tu madre y tus hermanas te van a cuidar"

La última imagen que tuve de Lythene fue de tristeza, las lágrimas que derramó ese día fueron por mi culpa... apreté el puño y gracias a los dioses pude controlarme. Entonces escuché que Ser William me decía:

-Bueno, yo se la cuido Ser Frank, pero traiga un buen vino del Trono, y mandeme a mis hombres, no me gusta viajar solo.

Subí al caballo dispuesto a irme ¿irme otra vez? ¿y si pasaba algo y Ser William no podía protegerla? En vez de seguir el camino volví hacia donde estaban ellos, Selina pareció sorprendida cuando le tendí la mano y le dije:

-No me convenció tu tono. Ser William, supongo que vendrá usted también, mi primo lo atenderá con honores en Trono del Relámpago.

Selina subió atrás mío y Ser William se apeó de su caballo y montó.

-Bueno, siempre es bueno volver al Trono, su taberna tiene buenas habitaciones, además me hablaron maravillas de esa chica Elaine...- dice como pensando para sí mismo.

-Y no le mintieron... dígale al señor Patrick que va de parte mía, le dará cerveza de la buena.

-Jajaja sí sí, buen hombre, muy agradable ¿sabías que apuestan sobre las discusiones de Mildred y Bandar?

Me reí.

-Sí, lo sabía, pero yo no apuesto, sería deshonroso porque yo sé lo que pasa en la fortaleza, además, solo hay que apostar por Mildred para ganar, no es muy divertido... me gusta más competir en las proezas de fuerza.

-Jajaja sí me dijeron que Kevan hizo algo de dinero apostando en las peleas

-No me refería a las peleas, en esas por lo general compito cuando ya estoy borracho... me refería a las pruebas de fuerza que se hacen con los brazos, sentados a la mesa y enfrentados.

-Ahhh sí, me dijeron que es bastante bueno en eso... yo prefiero probarme en los campos del honor... bueno, a menos que conquistar señoritas cuente como competencia.

Me reí.

-Usted se lo pierde. ¿No le parece que un hombre casado no debería estar por ahí correteando señoritas?

¿Y él hablaba de honor cuando estaba engañando a su mujer?

-Es complicado, pero por lo menos no lo oculto como otros que se hacen los honorables y honestos... hasta que cae la noche, y después van con el rostro tapado a hacer lo mismo sin que nadie se entere.

-No todos se casan por amor...

En esos momentos recordé a Lythene con su vestido largo blanco, el cabello rubio medio recogido y la tiara sobre su frente, estaba hermosa el día que nos casamos, siempre estaba hermosa...

-...como mi primo. Por eso yo no voy a casarme nunca jajajaja

-Me imagino que algunos tienen la suerte de no ser forzados al matrimonio por algo arreglado antes de nacer...

-En esas cosas creo que la gente del pueblo, me refiero a los que no son nobles, tienen mejores experiencias. Conocí pocos casos donde los hayan obligado a casarse por dinero, tierras o una mejor posición.

-Pero no es nuestro caso Ser Frank, nosotros somos nobles, nos toca hacer honor a la familia y casarnos con quien tenemos que casarnos, nos guste o no, y vivir con eso lo mejor que podemos, yo creo que mi esposa y yo lo estamos llevando bastante bien.

-Lo sé, por eso dije que en eso prefiero a la gente del pueblo. Deben llevarlo bien, seguramente ella hace lo mismo que usted, sería lo más justo.

Me di cuenta que ese comentario había estado de más, lo había pensado y lo había dejado salir sin darme cuenta. Pero él no pareció ofendido.

-No lo sé... nunca me preocupé por enterarme, mientras tenga niños y niñas rubias no hay problema, sino serán snows, por ahora es así.

No acoté más nada. Selina no esta muy habladora, bastante raro en ella, solo estaba agarrada de mi capa con la cara contra mi espalda. William comenzó a tararear una canción que recordaba haber escuchado en la taberna, algo más bien alegre. Eso era típico de viajero, tararear canciones mientras se recorrían los caminos...

-Me comentaron que están pensando hacer un torneo en el Altar, ¿es verdad?

-Así es, pero todavia no esta definido. Espero que mi primo me espere hasta que regrese porque me gustaría mucho participar.

-Eso espero, en ese caso me voy a anotar al combate mano a mano también, siempre me quise medir con un Blackstorm.

-Si no tuviera que irme enseguida le diría de medirnos esta noche en la taberna, pero no habrá tal suerte... así que habrá que esperar al torneo- Selina seguía callada así que le pregunté- Selina estás bien, no hablaste desde que salimos

-Sí...

-Aunque ese "sí" no haya sido nada convincente al menos sé que todavía podés hablar... ¿Ya pensaste a quién vas a dejar a cargo?
-¿De que?
-De tu trabajo
-No hay nadie a quien dejárselo, solo estoy yo.
Eso tampoco había salido bien, quise hablarle de algo para que se distrajera pero terminó deprimiéndose más.
-No te preocupes, tendrán que arreglárselas un tiempo sin vos, aunque seguramente sea difícil... Podrías entrenar a alguien a tu vuelta.
Sentí como si hubiera apretado su cara contra mi capa. Esto iba a ser más complicado de lo que pensaba...
-Está bien...
Tenía un par de cosas para decirle pero no quería que Ser William escuchara, así que me puse a tararear una canción del camino. Cuando terminé la canción ella me preguntó:

-¿Que me va a pasar?- lo dijo muy bajo para que solamente yo la escuche. Decidí adelantar un poco el caballo y hablarle en ese momento.
-No te va a pasar nada, ya te lo dije no te voy a dejar sola. Pero el viaje va a ser largo, y podemos pasarla bien o pasarla mal. Preferiría que fuera la primera opción.
Sentí su mano acariciarme la cara.

"Frank, te voy a amar por siempre, incluso cuando ya no esté aquí"

-Es bueno saber que vos también preferís la primera opción.

Cuando me di cuenta de que Selina me recordaba muchas cosas de Lythene supe que ese no iba a ser un viaje fácil.

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