sábado, 16 de junio de 2012

Familia



Anthony iba adelante como siempre, Donovan sin embargo estaba atrás de su hermana. Iba mirando todo sorprendido, y yo los iba mirando a ellos, ya conocía la ciudad, había vivido allí por más de seis años, y sin embargo, ellos eran mis hijos y no los conocía… me los habían quitado once años de sus vidas, iba a tener que recuperar el tiempo perdido de alguna forma…
Anthony intentó hacer que Donovan fuera más rápido pero sin demasiado éxito, él se frenaba a ver  todo. Anthony se adelantó solo así que le dije:
-Anthony no vayas tan rápido o te vas a perder
-Está bieeeeennnn
Quería llevarlos al parque pero recordé que en esa zona había pasado la batalla, no iba a ser algo bueno para ver, así que fuimos al puerto.
Katherine también iba mirando todo, pero parecía más acostumbrada que Donovan.
-¿Te gusta la ciudad Katherine?
-¡¡Sí!! Antes no me dejaban salir de la fortaleza
-¿No? Pero parece que a vos no te sorprende tanto como a Donovan
-Es que a él no lo dejaban salir de la celda
-¿Vivía en una celda? ¿Lo tenían prisionero?
-Sí
¡Ese infeliz, lo había mantenido encerrado en una celda!
-¿Había hecho algo malo?- le pregunté.
-Es como yo... pero Lucias decía que peor...
-¿Como vos? ¿Y cómo sos vos?
-Era una Flower, los bastardos
Suspiré.
-Ustedes no son bastardos, son hijos míos y de Lythene
-Por eso dije era una Flower
Le sonreí. Tenía que empezar a aprender algunas cosas, que los hubieran criado así no significaba que fueran tontos ni mucho menos.
-Sí... y yo me tenía que ver tan linda como una...- dijo Donovan.
-Querrás decir lindo, y no te veías muy lindo con un vestido debo decir... Pero vamos a solucionar eso hoy…
-¿Otros colores?
-Claro que no, no vas a usar vestidos de niña, un Blackstorm no usa vestidos. Vamos a comprarte ropa dignas de un hombre Blackstorm.
-Está bien
Fuimos al puerto, ver sus caritas de asombro al ver el mar… Lythene, ella se parece tanto a ti… Yo no miré el mar, ya lo conocía, me quedé mirándolos a ellos. Me sentía bastante raro allí, con ellos, ser padre de dos niños de once años de repente, pero no me disgustaba la situación.
Bajaron a tocar el agua, yo los seguí, Katherine me dijo:
-Está muy fría
Y si hubiera tenido el poder para calentarla lo hubiera hecho sin pensarlo.
-Sí, el agua del mar en el norte es muy fría, pero cuando volvamos a casa habrá un baño de agua caliente esperando. Pero todavía nos falta recorrer mucho antes de regresar.
-¿A dónde vamos papa?- le preguntó Anthony- él me había preguntado si podía llamarme así y cómo podía negárselo…
-Creo que es hora de ir a comprar juguetes ¿qué dicen?
-siiii- dijeron a coro Donovan y Anthony.
-Bueno, entonces vamos.
Le pregunté a Selina:
-¿Querés que la lleve yo un rato?
-Está bien- dijo algo reticente a entregármela- pero tene cuidado...
-Ya sé que no estoy acostumbrado a llevar a un bebé pero creo que puedo hacerlo sin problemas
Le sonreí y la besé.
-¿Y vos vas a querer una muñeca?- le preguntó Selina a Katherine.
-Yo quiero una espada- le respondió.
Me empecé a reír hasta que Donovan preguntó:
-¿Y yo puedo tener una muñeca también?
Anthony lo miró muy raro, yo pensé que me hubiera gustado revivir a Lucias para matarlo personalmente…
-¿Que....? ...nunca tuve juguetes… ¿no puedo tener dos cosas..?
-Claro que no tendrás una muñeca, esos son juguetes de niña. Creo que un tiempo o voy a dejar que juegues con Milwyn y Aywin...
Esas dos niñas se iban a divertir con él como si fuera su propia muñeca…
-Vamos a comprarte muchos juguetes, pero muñecas no- afirmé.
-Ah bueno, ¿y que hay además de espadas y muñecas?
-Será mejor que lo averigües por vos mismo, vamos
Fuimos al mercado, sabía que no había jugueteros en la ciudad pero sí varios artesanos que vendían juguetes, caballos de madera, casitas, muñecas, soldados de madera… Jamás me había detenido a mirar siquiera pero sabía que allí estaban.
Anthony miraba las espadas, los mazos y otras armas de juguete, Katherine solo agarró una muñeca y Donovan tenía un dilema ya que quería todo lo que veía…
-Parece que vamos a llevar la muñeca- le dije al vendedor y él asintió.
Donovan agarraba todo y lo miraba, sin decidirse por nada.
Anthony probó varias espadas hasta elegir una, me di cuenta de que entre todas las que había era una de las mejores para usarlas en el entrenamiento. Donovan sin embargo miraba las que eran más de decoración.
-¿Anthony ya elegiste?
-¡Sí! ¡Esta!
-Bueno, hay que agregar la espada- miré al vendedor.
Selina había agarrado una sonaja y Catelyn la miraba fascinada.
-Creo que a Catelyn le gusta lo que elegiste vos, vamos a tener un problema... No hay dos
Me reí y Selina sonrió. Catelyn me tiró de la barba.
-No no no hagas eso...
Catelyn ahora estaba fascinada por mi barba. La tiraba y se reía.
-Voy a necesitar ayuda acá...- y la miré a Selina.
Selina se estiró para agarrarla mientras se reía.
-Parece que le gustan las cosas que brillan- dijo entre risas mirando mi barba desalineada.
-Me vas a tener que ayudar a cortarme la barba... o alguien lo va a hacer por vos pero arrancándola.
Selina se rió aún más.
-Qué bueno que encontrara una profesión de tan joven.
Cuando Catelyn me soltó volví con Donovan, que seguía todavía indeciso.
-A ver si te puedo ayudar con eso.
-Bueno...
Agarré la espada que estaba mirando y me alejé un poco para blandirla.
-Es un poco liviana para entrenar…- le dije.
Muchas veces mi maestro me enseñaba así, me permitía aprender por mi cuenta, así que esperé a que Donovan hiciera memoria entre todas las espadas que había probado si había una más pesada.
-Esa me gusta, y esa, y esa y esa, y esta y esa y esa
Me marcó todas una por una.
-Bueno, pero vas a tener que elegir una…- le dije.
Solté la espada que estaba probando y agarré otra de las que sí podían servir para entrenar. Donovan agarró de nuevo la espada que yo había dejado y dijo:
-¡No ya sé! Esta ¡está quiero!
-Donovan vení te quiero mostrar algo- le dije.
Le tendí la mano para que me diera la espada y tomé las dos. Me arrodillé junto a él y le dije:
-Mirá esta espada, el tipo de madera, es mucho más frágil que esta. Con suerte esta espada va a aguantar dos golpes antes de quebrarse.
Él me miró prestando mucha atención y asintió.
-Esta, sin embargo, es de madera más resistente, no tiene tantos nudos como la otra- le marqué las diferencias para que las viera- Además hay otra cosa que tenés que prestar atención. El tamaño de tu mano y el tamaño del mango, y por último tenés que sentirte cómodo con la espada. La espada y el caballero que la porta tienen que ser uno, la espada es una extensión más de tu brazo- le di la espada buena para que la agarrara- Esto es ahora tu brazo- y le marqué toda la extensión del brazo incluida la espada.
Asintió y la probó, se notaba que nunca había tenido una espada en la mano.
-Pero quiero esa...- dijo señalando la primera. Pensé que todo lo que había dicho era en vano, pero tenía que tener paciencia.
-¿Qué te gusta de esta?- le pregunté.
-Es la primera que papá probó para mí...
No existen palabras para explicar lo que sentí en ese momento, era una felicidad que pocas veces había sentido…
-Bueno, entonces llevaremos esta, para que la uses en el entrenamiento, y esta como recuerdo de tu primera lección para convertirte en caballero ¿Qué te parece?
Asintió muy rápido.
-Siii por favor- dijo abrazándome.
Yo también lo abracé y me quedé así un rato con él.
-Bueno, ahora solo falta que Kath elija la suya- y la miré pero ella no me respondió- ¿No querías una espada?
-Comprale más cosas a Don- dijo negando con la cabeza - él no tuvo juguetes.
Me acerqué a ella y me arrodillé a su lado.
-Sos muy buena, y por eso te voy a regalar una espada, quiero que los dos tengan lo que quieran. No quiero que se priven de nada. Además, vas a necesitar una para cuando empecemos a entrenar.
Asiente y me señaló la espada más grande y ornamentada.
-Quiero esa.
-Es muy bonita, pero no vas a poder sostenerla al principio porque es muy pesada, así que también vamos a llevar otra hasta que puedas con esa.
Busqué una espada de entrenamiento que ella pudiera usar y le pregunté:
-¿Te parece bien esta?
Ella asintió. Me miró con esos ojos celestes, iguales a los de su madre y que me trasmitían la misma paz. Le sonreí y me acerqué para darle un beso en la frente.
Ella me dio un beso también y después de unos segundos de quedarme petrificado por la sorpresa, me incorporé y le acaricié el pelo.
-¿Anthony vos querés algo más?- le pregunté.
-mmmhhh no, estoy bien
-Bueno creo que por hoy eso es todo- le dije al vendedor
-Son 260 peniques.
Le dejé el doble de lo que valía todo, era muy poco por haber hecho esos objetos que hicieron felices a mis hijos.
Fuimos al parque que quedaba cerca de la Fortaleza seguramente era el único que quedaba que no había sido afectado por la batalla.
-Agradezco que Luca me dijo que tenía que hacerme una casa grande
Me reí y por primera vez, después de varios meses agitados, me senté a descansar, sin pensar en nada, solo mirando como Donovan y Anthony corrían por el parque, mirando a Selina jugar con Catelyn y disfrutando de la vista que me daba mi hermosa Katherine.
-¿Te gustan las montañas Katherine?
-Sí
-Nuestra casa está en medio de las montañas, muy alto. Hay que caminar mucho para llegar desde el pueblo, pero la vista desde allí me gustó desde la primera vez…
-Debe ser muy lindo, ¿cuándo vamos a ir ahí?
-Será pronto, primero quiero que conozcan a su tío y tía, y a sus primos. Ustedes tienen cinco primos, hijos de Bandar y Mildred. Milwyn y Aiwin son dos gemelas, tienen ocho años. Christopher es el heredero de la casa y todavía es un bebé, tiene casi dos años. Y tienen dos primitos más de un año que también son gemelos Nathaniel y Beatrix.
-Que familia grande, ¿tenemos que servirles?
-Claro que no, ellos son nuestra familia. Ya no vas a tener que servir a nadie, solo vas a tener que preocuparte por jugar, divertirte y estudiar. Podés ayudar también con las tareas de la casa, pero solo las que quieras hacer y que te gusten. ¿Te gusta cocinar?
-Nunca cociné.
-Quizás te guste, a tu mamá le gustaba. Anthony y yo cocinamos a veces, y Selina también, cocina muy bien. Selina y yo te podemos enseñar si querés.
-¿Vos sabes cocinar?
-Sí, no es mi mejor cualidad, pero cocino
-¿Y cuál es?
-Eso no estaría bien que lo diga yo, espero que con el tiempo me conozcas y puedas descubrirlas- le sonreí- Como yo también espero conocer las tuyas. Me dijiste que te gustaba cantar…
-Sí, me gusta, Lucias decía que tenía la voz de mi madre
-¿Cantarías algo para mí?
-¿Que querés que cante?
-¿Sabés la canción del Sol y la Luna?
Esa canción le gustaba mucho a Lythene, pero ella negó con la cabeza, parecía no conocerla.
-Bueno entonces una que te guste a vos
Empezó a cantar una canción que conocía y sabía que era de los Frey. No me molestó, era lo que le habían enseñado. Cuando ella terminó de cantar yo empecé a entonar la canción del Sol y la Luna, ella me prestó atención.
-Cantás feo
Eso me hizo reír mucho.
-Sí, tu madre decía lo mismo
-A ver, cantá "ahhhh"
Le hice caso y escuché a Selina reír por lo bajo, trató de disimularlo pero no lo consiguió.
-¡Hey! no te rías, estoy tratando de aprender a cantar...
-No hables- y me pegó un golpecito en la rodilla- ahora "do"
Sabía la técnica eso significaba que le habían enseñado a cantar.
-doooo
Ella me empezó a enseñar y cada vez que me distraía mirando a Anthony o a Donovan me daba un golpecito para que me volviera a concentrar.

Cuando emprendimos el regreso a casa Selina me dijo:
-Vas a terminar siendo todo un bardo
-¿Te parece? Quizás tenga habilidades que nunca creí tener- la miré a ella y después a la bebé- Parece que vos también.
Selina le dio un beso a Catelyn.
-Yo puede ser, pero vos aúllas como perro.
-Bueno, algo malo tenía que tener.
Ella se rió y sin que ninguno de los nenes lo noten me agarró el trasero.
-Es verdad, tenés otras cosas que lo compensan
Me reí y la besé, Catelyn aprovechó para agarrarme la barba.
-Cate no hagas eso... Creo que hay alguien que le gusta demasiado mi barba…
-Sí a mí- dijo Selina y me volvió a besar- esta noche no te salvas por más hijos que tengas.
-Y quiero tener uno con vos así que me voy a esforzar
-¿Un qué?- preguntó Anthony.
-Un hijo
-¿y cómo tenés uno?
Me quedé pensando un rato… no sabía bien que responder así que inventé algo.
-Un cuervo lo trae de la Ciudadela- dije tratando de sonar lo más convincente posible.
-¿¿Pero los cuervos no se los comen??
-Claro que no, los entrenan especialmente.
-¿Quién los entrena?
Selina se divertía escuchando mis excusas.
-Los entrenan los maestres
-¿Y de dónde sacan los maestres los bebes?
-Me temo que eso no lo sé, no soy un maestre, habría que preguntarle a Luca
-¡Bueno!
Pensé que hasta que viéramos a Luka seguramente se iba a haber olvidado y sino… bueno, era problema de Luca.

En el estudio de Bandar


Estudio de Bandar Blackstorm. Cuatro personas se acomodan para discutir un asunto importante. De un lado del escritorio estaban Bandar y su esposa, Mildred. Frente a ellos se encontraban el senescal de la Casa, Allister Tylor, y Lady Mailen Jeyny. Arriba de la mesa había planos del territorio Blackstorm, y una maqueta sencilla con la forma de un poblado. Bandar explicó el asunto.
-Bueno, los he llamado aquí por un tema que es importante. Quiero sus opiniones sinceras. Voy a fundar una nueva urbanización, y necesito nombrar un gobernador. Por un lado, pensaba en Allister, quién ha sido senescal de la Casa con un éxito increíble. No querría desprenderme de él, pero me gustaría honrar su servicio. La pregunta es si él quiere. Por otro lado, a Lady Mailen le prometí que su hijo sería un noble a mi servicio. Pero tengo miedo de que ella no tenga la fuerza suficiente, no por ella misma, sino por la dificultad de la tarea, para ser regente hasta que Robin asuma la gobernación. A su vez, ambos son caros a mi corazón y realmente no deseo desprenderme de ambos, pero quiero cumplir promesas y honores. Espero que entre los cuatro podamos determinar el mejor curso de acción. ¿Ideas?
Allister fue el primero en tomar la palabra
-Mi señor, siempre he vivido en Trono... me encantaría cumplir vuestras ordenes si es que así lo dispone... pero mi hogar esta aquí, junto a usted, la dama y los niños.
Mailen no obstante tenía una expresión de asombro descomunal. De repente, todo lo que estuvo buscando estaba al alcance de su mano, dejar de ser una "dama de corte" para convertirse en una Señora, con tierra para administrar, y un legado para su hijo.
Mildred tomó entonces la palabra.
-Mailen, creo que va a ser algo muy bueno para vos y tu hijo, aunque me va a doler tenerte lejos
Mientras la sorpresa de Mailen seguía, Bandar finiquitó el asunto.
-Bueno, entonces no hay más que decir, si Mailen está de acuerdo, me encantaría nombrar a Robin gobernador de Cairn de los Ríos, mientras su madre ejercerá la Regencia hasta que Robin tenga la edad para asumir el cargo.
La joven, en un acto sincero, cruzó el escritorio que la separaba a ella y a Allister de Mildred y Bandar para abrazar a su señor. Allister habló nuevamente
-Es usted muy generoso mi señor, no me sorprende que la gente lo quiera tanto.
Bandar rio ante la alegría de la chica. Y le devolvió el abrazo.
-Jajajaja tranquila niña, te lo había prometido. Y has sido siempre una persona leal y amable.
-¡Gracias, gracias!
Mildred, en un pequeño acto de celos, cortó el abrazo poniendo sus manos en los hombros de Mailen. No le gustaba que ninguna mujer estuviera demasiado cerca de su marido.
-Bueno, ahora bien. ¿Quién te va a acompañar? Necesitamos gente de confianza que te ayude a poner orden si es necesario- dijo Bandar.
A lo que Mildred acotó además
-Más te vale que les dejes algo a las niñas o no te van a dejar irte...
Mailen esbozó una sonrisa tímida. Sabía que las niñas la iban a extrañar. Pero estaba pensando en su futuro y se le ocurrió una idea.
-Kevan se va a casar...
Se hizo un breve silencio.
-Kevan podría asistir a Mailen, pero no sé si se querrá mover de Altar- replicó Bandar- En todo caso, a Lyanna le quedaría más cerca de Winterfell.
-... Si puede ser él mejor... sino Ser James...- respondió Mailen
-No se, podríamos preguntarle a Frank si esta dispuesto a dispensarse de un par de caballeros para asistir a Lady Mailen. Pero sí, serían una excelente opción- afirmó Bandar.
-Pero si es Kevan mejor...- Mailen mantenía firme su pedido
-Milady Mailen, no debe usted apegarse tanto a un hombre casado...- acotó Allister.
Mildred se acercó a Mailen, puso ambas manos en su rostro, en una dulce caricia y dijo
-¿Y? ¿Hay algún muchacho que te interese?
Bandar dedicó una mirada entre divertida y cómplice a Mailen
La chica perdió algo de su compostura y dijo
-Eh... no me preguntes esas cosas... No frente a Bandar...
El señor, con algo de buen tino, esbozó:
-Bueno Allister, amigo, me ha sorprendido tu decisión, así que abriremos un buen vino, alguno de esos importados que guardamos para eventos especiales, y nos iremos a comer algo rico que haya hecho tu madre mientras las damas discuten. En ese instante se paró, le pasó el brazo por la espalda a Allister y salieron del estudio.
-Señoritas, saludos- dijo Bandar mientras cerraba en parte la puerta.
-Pero... -esgrimió Allister, que quería ver la escena.
Afuera, los dos hombres no se alejaron nada del estudio
-Deberíamos habernos quedado mi señor....
-Shhhh... Igual nos vamos a clavar el vino, pero luego de escuchar esto- dijo Bandar susurrando.
La conversación se escuchaba relativamente bien
-¿Y? ¿Quién te gusta?
-No sé...
-Si que sabes, te conozco bien Maily, larga
-Pero... no sé
-Si que sabes, deja de hacerte la tonta
-¿Entonces para que me preguntas?
-¡Porque vos sabes que esta mal! Tenes que ir largando, ¿No queres un papá para Robin?
-Sí... pero....
-Aghhh, ¿Pero qué, Maily?, ¡¿Pero qué?!
-Es temperamental a veces...- Allister acotó una obviedad
-A ver como sigue esto- dijo Bandar
Ambos siguieron escuchando el diálogo
-Pero es que lo quiero de verdad....
-Ay Maily ¿Qué se te metió en esa cabeza tuya? Ya pasaron más de dos años y seguimos en las mismas
-Pero ya no estoy casada... ¿Eso no es mejor?
-Sos una tonta.
Allister volvió a acotar
-Esta chica no aprende más...
-Está enamorada... todas están enamoradas de Kevan parece... me supera. - afirmó Bandar
-Lo dice como si usted a su edad no hubiera tenido ese efecto en las damas
-Bueno... pero esto no pasa por mí
La puerta se abrió de repente y apareció Mildred. Bandar intentó dibujar una respuesta, con consecuencias bastante risibles.
-¿Cómo que no hay más de ese vino de Roble Viejo? ¡Millie! ¡Alguien se tomó el vino especial ese! ¿Vos sabes algo?
Mildred enarcó una ceja.
-¿Qué vino especial de Roble Viejo? ¿Tenes una bodega en el mismo piso que tu estudio?
-No, no... Venía a preguntarte porque quizás vos sabías algo- si no hubieran conocido a Bandar, le hubieran creído
Ella dedicó una caricia a la cabellera de su esposo
-Ya voy a hablar con vos a la noche...- afirmó- -Y vos trae ese vino especial- le ordenó a Allister
-¡S...sí!
Allister salió despavorido.
-¡Bueno, brindemos por las buenas noticias!- atinó Bandar
Mildred dio un suspiro y luego besó dulcemente a su esposo.
-Sos un nene a veces...
Mientras Mailen reía.

viernes, 15 de junio de 2012

El Santo Septo


-Septo Reed! – llamo una muchacha al entrar en una enorme torre –Septo Reed!!... este tipo siempre en su torre… y siempre me mandan a mi a buscarlo… podrían mandar a uno de los chicos de la cocina a buscarlo….
Kara

El templo era enorme, casi una catedral… solo le faltaba el nombre para serlo, y el Gran Septo Reed era quien la dirigía, la chica de pelo rojo subió y subió por las interminables escaleras en caracol, más arriba las campanas empezaban a sonar.
-Kara, mi niña – Un hombre con el pelo pajoso y las ropas blancas sorprendio a la muchacha
-Su gracia… la señora lo manda llamar…
-Debe querer discutir algo sobre la boda – le contesto mientras la devoraba con la mirada, sin el menor intento por ocultarlo.
-Su excelencia… si no tiene nada en que lo pueda ayudar… debería volver a mis tareas…
-No no… Esta bien, yo iré con la señora en cuanto termine con unas cosas aquí arriba..
-Si mi señor…

Gran Septo Reed


La muchacha ni bien pudo empezó a bajar rápido por las escaleras… ¿Qué tenía tan ocupado al septo allí?, pasaba mucho tiempo en esa torre… No importaba, no iba a ser ella quien fuera a averiguarlo, ahora… él debía estar en los jardines, si le llevaba algo de comer seguro se iba a alegrar…

En los Jardines de las Flores


Elaine estaba sentada en uno de los hermosos jardines del castillo de su padre, no muy lejos Joan y Grace cortaban algunas flores y armaban pequeños arreglos y coronas.

Jardines

-¿El norte es muy diferente? – le pregunto Grace a Elaine mientras buscaba una flor blanca que entrelazar con el resto.
-Mucho, no hay casi punto de comparación… estos jardines no existen, solo en algunos lugares llegue a ver algo similar… la gente es más bruta… en algunos lugares son casi barbaros sin ley…
-¿Esa gente es la que va a venir…? – Grace miro las flores del jardín mientras preguntaba, ya imaginándolas una tierra infértil y quemada.
-Por supuesto que no, van a venir los Starks que son los lores del norte, como mi tío de aquí, y va a venir un grupo de sus vasallos, los Blackstorms que es con los que estuvo Kevan hasta ahora, son a quienes les mandamos la gente para ayudarlos con sus tierras... – Elaine se mantuvo callada un rato pensando, hacía memoria a su viaje y lo que había visto y vivido en el norte – Pero… tiene sus cosas buenas.



A lo lejos se escuchaba el sonido de espadas de maderas se escuchaba, un joven rubio ataviado con los colores verdes de la familia Tyrell peleaba con un hombre fornido, de vestimenta negra.

Un golpe, dos, el hombre solo se defendía, otro más, el guerrero empezó a reír.
-No esta mal, pero estarías muerto Thomas – le dijo el guerrero al muchacho al momento que le sujetaba la mano y le ponía la espada al cuello, luego le dio un empujón hacía atrás y el muchacho volvió a la carga con su espada.
-¿Te importa si me siento?, ya no estoy tan joven – le dijo al muchacho mientras se sentaba en una de las paredes bajas del jardín, más golpes, el guerrero no tenía problemas en manejar al impulsivo muchacho – Pelea con la cabeza, no te dejes manejar por la frustración o la ira, pénsa lo que estas haciendo.

Lord Thomas


Por un momento Thomas escucho a su maestro y paro un poco los embates para ver la tecncia de su maestro y pegar mejor.

-Bien Thomas!, estas mejorando!, así, observa a tu rival… -el maestro hizo un movimiento y el joven quedo en el piso – Pero seguirías muerto.

Mientras esperaba que el muchacho se levantara empezó a servir un cáliz con vino, solo tuvo que hacer un pequeño esfuerzo para volver a bloquear los ataques del joven, luego de saciar su sed le dijo –Estupendo, pero con menos emociones - el maestro hizo una finta con su bloqueo y dándole una patada en el trasero a Thomas, el muchacho volvió al piso, lo que hizo reír a algunas doncellas que observaban - Nadie puede vencer desde el suelo Thomas – le dijo mientras volvía a tomar de su vino.

Ser Bowen


Mientras el maestro esperaba que Thomas se limpiara un hombre a caballo en armadura se les acerco, no portaba los colores Tyrell y parecía alguien de rango, en cuanto Thomas lo vio corrió hacia él.

-¡Los bandidos se resisten!
-Siempre se han resistido mi buen Thomas, pero ahora se rebelan – y luego dirigiéndose hacia el maestro – Ser Bowen, Lord Kalian los llama, y a sus tropas.
-No es noble aplastar a hombres desesperados…
-Son cerdos traidores, el Lord ordena, trae a tus hombres Bowen – y así como llego, el caballero se fue.

Ser Ron


-Me gustaría ir – le dijo Thomas al ver la cara de su maestro
-No digas eso
-Si lo quiero, solo para verte en acción Bowen, tu espada sería la más afilada de todas
-Mi espada no es para la masacre de tu padre
-Es mi padre, y es el señor de estas tierras
-Sí… pero cuando tu seas un señor no olvides este día, y la diferencia entre batalla y carnicería y no olvides lo que te enseñe, entonces serás un gran señor

El muchacho miro a su maestro y le dijo –Te lo prometo maestro, seré un mejor señor 

jueves, 14 de junio de 2012

En el castillo de las flores


El sol entraba apacible en un enorme salón de piedra y madera, los enormes tapices verdes ondeaban en las paredes acompañando una leve briza que junto con la luz del sol pasaba por las ventanas. El salón, preciosamente decorado con muebles de madera y coloridas flores, se encontraba prácticamente vació, en un rincón dos músicos alegraban el ambiente con suaves tonos y en otro una sirvienta arreglaba las flores mientras un hombre no muy mayor estudiaba de pie varios mapas dispersos sobre una enorme mesa, sobre ellos había dispersos varias figuras de marfil de distintas formas y colores, rojos, amarillos, verdes, negros… Inmerso en sus pensamientos el mundo a su alrededor no era más que una visión borrosa a la que no prestaba atención, vestía de forma simple comparada con la de los sirvientes, vestía un tabardo verde con pequeños detalles en oro, casi imperceptibles, y una enorme capa verde que lo envolvía, la única flor Tyrell que llevaba era pequeña y la formaba el broche que unía ambas partes de su capa.


Un guardia  se acercó al señor cruzando el salón, una vez cerca puso su rodilla en el suelo y le hablo -Mi Lord Kelian, llego un mensajero de la guarnición norte, parece urgente – Kelian sujeto con fuerza la figura entre sus manos, seguro eran malas noticias.


Unas habitaciones más allá una hermosa mujer rubia y piel blanca miraba por una ventana hacía los campos que se extendían lejos de su castillo, vestía una túnica negra casi transparente, solo tapando allí donde los complicados detalles obstruían apropósito la visón. Detrás de ella dos sirvientas en hermosos vestidos rojos sacaban brillo a una serie de joyas mientras otra muchacha preparaba un enorme baño lleno de pétalos de flores.

-Lady Liz… el baño ya esta listo
-Gracias, pueden retirarse



Las sirvientas obedecieron, la señora no estaba de buen humor, una vez fuera las dos más jóvenes fueron a guardar las joyas a los aposentos de la señora.

-¿Por qué estará tan molesta?
-Parece que hace mucho que no esta con el señor…
-Eso son tonterías de las cocineras, ¿Cómo no va a estar con él siendo tan linda?
-A algunos hombres les interesan otras cosas además de una cara bonita Grace

Grace continuo un rato más en silencio, ¿Qué podía ser más importante que ser bonita?, ¿y como su hermana sabía algo como eso?

-No seas tonta Joan, es lo que termina importando
-Grace, con el tiempo las cosas cambian y lo físico no es lo único
-¿Y como estas vos tan segura de eso?
-Porque presto atención, vos también deberías
-Yo siempre presto atención, ¿no ves lo linda que estoy y como arregle los detalles del vestido?, es como el de las demás, pero único, ¿no te fijaste?

Joan la miro un rato, haciendo de cuenta que juzgaba… su hermana era tan infantil para su edad..

-Sí, esta precioso
-Viste!!