Cuando
terminó la batalla para la fortaleza de Trono del Relámpago no terminó para
nosotros. Había que seguir a esos tres no muertos porque si no los
encontrábamos iban a reunir otro ejército y esto iba a volver a pasar. Más
personas iban a perder a su familia, más esfuerzos se iban a desperdiciar, no
podía permitir eso…
-Tenemos que
ir a buscarlos…
Bandar tenía
la misma mirada que yo. Subimos rápido a nuestros caballos, los guerreros que aún podían combatir y que me habían seguido
desde King’s Landing vinieron con nosotros, al igual que Kevan.
Llegamos
hasta el bosque, el pantano estaba congelado, en el centro había una cabaña,
extrañamente similar a la posada en la que habíamos estado en las montañas al
regresar de los territorios de Lord Stonehouse.
Bandar,
Richard y Kevan llegaron primero y atacaron al Herrero, mientras me acercaba
para ayudar después de acomodar a los muchachos alrededor de la posada, vi que
uno más de ellos estaba en el techo, arrojó un trapo con una criatura dentro,
una niña, estaba herida. Dejé a uno de los muchachos que sabía curar con ella y
traté de seguir al hombre pero desapareció.
Luego me
enteré que esa niña era “La Vieja Mujer” y que Bandar había terminado con ella,
luego de que ella matara al pobre muchacho. Había pensado que podía ser una
trampa, pero no podía atacar a un niño… y menos si era un bebé… la visión no me
ayudó para nada y unos recuerdos que nunca existieron pero siempre estuvieron
presentes en mi mente volvieron… Después
de mucho tiempo recordé que jamás había sabido si mi hijo había sido varón o
mujer…
Cuando
entramos noté que la posada era exactamente igual por dentro a la otra, y eso
no me gustó nada. Revisé la cocina primero, adentro había uno de esas horribles
criaturas devorando insectos, si estaba allí o no realmente no lo sé, solo
trabé la puerta.
Les pedí que
traben las salidas porque ya sabían dónde estaban y nos dirigimos hacia el
túnel que iba por debajo, pero lamentablemente sabía que había salidas
conectadas a las torres así que le pedí a Richard que las vigilara. Kevan
estaba conmigo y avanzamos hasta que llegamos a una encrucijada de dos caminos
y llamé a los demás. Kevan se quedó y Bandar y yo avanzamos.
Arriba
Richard se encargó de la otra mujer “La Madre” y esa fue la tercera de las
burlas que cayó ese día. Pero la posada seguía allí, eso significaba que había
otro, no sabía dónde pero seguimos avanzando.
En un cuarto
encontramos unas joyas, no me gustó nada que Bandar se las quedara, pero
tampoco podía impedírselo. Me entregó una piedra azul, me dijo que se iba a
congelar si ellos se acercaban. La puse sobre mi pecho y seguimos avanzando.
Sentí cuando empezó a hacer más frío.
Cuando
salimos de allí, había muchos de esos no muertos, demasiados… y habían herido a
Bandar en el hombro… en un momento pensé en ir hacia él para matarlo, pero no,
no podía hacerlo, no podía arriesgar a Bandar. Decidí volver atrás y trabar la
puerta. El cuarto escapó, sin que pudiéramos hacer demasiado.
La cabaña
desapareció, así como había aparecido y heridos y con catorce bajas de los
soldados de Barristan regresamos a la ciudad. Ahora solo quedaban tres, el
Padre, La Bella Mujer y el Desconocido.
Cuando
llegamos a Trono ver la ciudad así nos destruyó… había todavía humo en algunos
lugares, cadáveres en el suelo y soldados heridos siendo tratados por la gente
de apoyo de Bandar. Me dio mucha bronca estar sano y sin ninguna herida, pero
así era mejor, iba a poder ayudar a los que lo necesitaran. Lo primero que hice
fue buscar a Selina, vi que estaba asistiendo a uno de sus hombres, eso me dejó
más tranquilo, verla allí, como siempre. Me metí en la ciudad y comencé a
asistir a los heridos. Estaban llevando
a uno de los soldados cuando sentí un golpe en mi cabeza.
-¡Ey!- me
toqué donde me habían pegado.
-¿¡¿¡Querés
dejar de hacer eso!?!?- era la voz de Selina y
parecía bastante enfadada. Sin salir de la posición en la que estaba,
acuclillado en el suelo, le dije:
-Pensé que
me ibas a recibir con un abrazo, no con un golpe…- me volví a restregar la
cabeza donde me había pegado.
-Tenés
razón...- me dio otro golpe pero esta vez sin tanta fuerza- con uno no alcanza...
Me reí y la
abracé, ella me acarició la cabeza. Tenía mi oreja pegada a su panza.
“Se va a llamar Donovan”
“Como tu maestro…”
“Así es, mi maestro y padre”
Lythene
estaba sentada en el pasto con la espalda contra un enorme árbol arciano, ella
creía en los antiguos dioses. Yo estaba acostado con mi cabeza apoyada en su
vientre. Ese fue uno de los días más cálidos que recuerdo aquí en el Norte,
Lythene tenía puesto un hermoso vestido floreado.
“Bueno, entonces si es niña se llamará Katherine,
como mamá”
“Estoy de acuerdo, me gusta mucho ese nombre”
Me quedé un
rato abrazado a Selina pensando si podía ser verdad que ella estuviera
embarazada… no me preocupaba eso en absoluto… pero sí me daba miedo. Ella me
acarició el pelo y me hizo algunos mimos. Yo solo le pregunté:
-¿Estás
bien?
-Sí, estoy
bien. ¿Vos? ¿No te hicieron nada?
-No, estoy
bien
Me paré la
miré a los ojos y la besé.
-Perdón,
tenía que ir. No podía permitir que volvieran con otro ejército.
-Tonto... no
tenés que hacer todo vos solo...
-No estuve
solo
-Sabes lo
que te estoy diciendo, ¡deja de dejarme atrás como si fuera una princesita en
una torre que no sabe limpiarse el culo!
Después de
decir eso se quedó callada.
-Soy la
mejor arquera de todo trono, sé cuidarme, no soy ninguna dama de compañía.
-Lo sé, pero
teníamos que actuar rápido, o se iban a escapar otra vez... Sé que prometí no
dejarte sola, y no lo voy a hacer, pero algunas veces, cuando sea para
protegerlos voy a tener que hacerlo.
La miré para
ver qué cara ponía a esa última frase, pero no parecía enojada, más bien estaba
feliz.
-Espero que
lo puedas entender- finalicé.
-Lo entiendo-
dijo a regañadientes- lo que no me gusta es que no me digas nada...
-A veces no
va a haber tiempo para que te lo diga... Ser un caballero tiene un precio, la
mayoría de las veces no podemos pensar en nosotros- sonreí - La mayoría de las
veces tendemos a pensar primero en los demás.
-¿Te acordás
que hable con Bandar cuando volvimos?- me preguntó.
-Sí
-¿Sabes que
me dijo?
-Mmmmm ¿que
te iba a clavar en un gancho?
-No...- dijo
haciendo memoria- dijo que debería pensar en casarme con uno de esos estúpidos
caballeros.
-Estúpidos
caballeros... con Kevan no te podés casar porque ya está prometido con Lady
Stark, y con William tampoco porque ya está casado... Y yo no soy estúpido así
que eso cierra las cuentas.
Cuando vi su
expresión no pude evitar reírme.
-¿Quizá con
el Lockseley? ¿habrá querido decir eso?
-¿Locksley
era caballero?
Ella me
soltó y se cruzó de brazos dándome la espalda. Yo la abracé por detrás.
-No hace
gala de su título- continué.
-Debería
juntar mis cosas, es un viaje largo hasta allá…
-Primero vas
a tener que soltarte.
La tenía
agarrada bien fuerte para que no se pudiera soltar, pero no parecía con
intenciones de querer hacerlo. La besé en el cuello y ella se empezó a reír.
-Bueno, sino
te podés soltar te vas a tener que seguir quedando conmigo, una lástima, pero
Locksley se tendrá que buscar otra esposa- dije.
-ufff no
sabes la lástima que me da
Me reí
mientras ella se acurrucó entre mis brazos.
-¿Cuándo vas
a ir a buscar a Anthony?- me preguntó.
-Cuando
terminemos de atender a los heridos vamos a volver a Altar. Él está ahí, Mailen
lo llevó cuando evacuaron Trono.
-Cuando
volvamos a casa, espero unas buenas disculpas, regalos, y todo eso.
-Ya te pedí
perdón, así que eso ya lo cumplí, y en cuanto a regalos, bueno, supongo que
puedo comprarte algo... aunque no soy bueno para esas cosas...
-Creeme que
todavía no me perdiste perdón como deberías
-¿Y cómo
debería?
-Un buen
vino, una cama caliente y perfumada... telas suaves.... creo que con el resto
te las vas a ingeniar
-Ah eso me
recuerda... ya debería estar terminada nuestra casa y nuestra habitación...
creo que te va a gustar.
Quería
volver a casa, seguir trabajando en la construcción, entrenar a Anthony,
después de muchos años, una vez más tenía un hogar al que regresar.
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