sábado, 10 de marzo de 2012

Entrenamiento

Me desperté abrazado a Selina, esa situación era bastante extraña, no me sentía mal por los efectos del alcohol, y realmente me gustaba despertarme con ella durmiendo a mi lado.
Anthony no estaba, así que me levanté tratando de no despertar a Selina y salí de la tienda. Estaba afuera, cerca de la casa, jugando con la espada de madera que había pertenecido a "Pequeño".
Me quedé observándolo un rato y después lo saludé.
-Buenos días Anthony.
-Buenos días, ¿lo desperté?, estaba practicando lo que me había enseñado.
-No, siempre me despierto temprano. Vamos a entrenar un poco antes de empezar a trabajar…
Busqué mi espada de entrenamiento que había dejado cerca de los materiales de la construcción de la casa y me acerqué a Anthony que me esperaba obediente.
-Lo primero que hay que hacer es aprender la postura, así que te voy a mostrar eso. Si bien es un poco pronto, también sé lo que les gusta a mis alumnos aprender a manejar la espada… así que te voy a enseñar.
-¡¡¡Sí!!! ¡y a pelear contra muchos!, ¡¡¡y ganar torneos!!! ¿¿Cuándo voy a aprender a andar a caballo??
-Todavía falta para eso, sos muy chico, vas a tener que tener paciencia.
-¡¡¡Pero yo ya soy grande!!!, ¡soy un paje y todo, tengo mi espada, tengo todo!
Me reí.
-Hasta que no pases mi hombro vas a seguir siendo chico para mí, y mientras tanto vas a ser mi alumno y vas a aprender poco a poco, aunque no quieras.
Se cruzó de brazos con todo y espada y puso cara de pocos amigos.
-Si no te defendés, te voy a golpear…- dije poniéndome en postura de combate.
Él avanzó y me empezó a tirar golpes con la espada sin técnica, como era de esperar. Lo dejé desquitarse un momento y después le dije:
-Así no me vas a pegar nunca, vas a necesitar técnica para eso ¿querés aprender? ¿me vas a dejar mostrarte sin poner esa cara?
Me dejó de pegar pero siguió con la misma cara.
-No sirve de nada golpear de frente y sin técnica, eso solo garantiza una muerte segura. Los mejores golpes se concretan partiendo de una buena postura.
Le mostré como tenía que parararse y esperé que me imitara.
Él empezó el ejercicio pero no de muy buena gana, aunque no le gustara iba a tener que entrenar empezando por lo básico. Le fui corrigiendo la postura hasta que lo empezó a hacer bien.
Poco después se olvidó y su cara cambió a interés y comenzó a entrenar sin quejarse.
-Maestro, ¿por que no usa martillo como Bandar?
-Porque lo mío son las espadas, aunque también sé combatir con lanza. Mi maestro combatía con espada y así me enseñó.
-¿¿Para las justas??, ¿¿ganó muchas??
-Sí, gané bastantes, y pienso ganar las primeras de Trono del Relámpago.
-¡¡¡siii!!! ¿¿¿voy a poder ir con vos a donde están los caballeros???
-Claro, ahora sos mi paje, tenés que venir conmigo siempre ¿viste alguna vez una Justa?
-No, pero escuchaba al bardo en la taberna cuando contaba sobre eso, y como los señores daban días de fiestas por los torneos, y que se comía hasta reventar
Me río cuando dijo lo de comer hasta reventar, eso era muy cierto.
-Comer no es lo más importante en los torneos, sino los enfrentamientos entre los caballeros. Aunque admito que la comida siempre es buena y abundante. Por cierto, deberíamos desayunar.
-Bueno
Muy prolijamente limpió la espada y la guardó. Encendí el fuego y empecé a preparar un desayuno de viajeros, recordé los días que había estado vagando por el continente como caballero errante, pensar que ahora iba a construir una casa para quedarme en un solo lugar por un tiempo...
Le di un plato a Anthony, dejé mi plato cerca y me dispuse a llevarle uno a Selina. Cuando entré en la tienda estaba desperezándose.
-Buenos días
-Buenos días. Te traje el desayuno.
Me senté cerca de ella y esperé que se levante para darle el plato.
-Me estas mimando mucho, y ya me estoy acostumbrando
Sonrío.
-Ya te había traído el desayuno otras veces ¿te molestó que le dijera a Anthony de dormir en nuestra tienda? Me dio mucha pena cuando dijo que había tenido frío.
-No, no me molesto, me pareció muy tierno de tu parte... me parece que te gustan los niños
Ella me besó y después agarró el plato.
-Sí, siempre me gustaron los niños ¿te sorprende?
-Bastante... no pega con tu imagen de pibe adinerado de la taberna de Patrick... pero me gusta, me gusta la cara que le pones a Anthony y como sonreís cuando él hace sus berrinches
-Supongo que soy responsable de esa imagen que la gente tiene de mí…- Me reí- Kevan era más grande que Anthony cuando lo empecé a entrenar, tenía diez años, así que esto es nuevo para mí.
-Parece que te gusta tener escuderos, ¿te gusta enseñar, no?
Empezó a comer abrazada a mí y cada tanto me daba de comer en la boca.
-Solo tuve a Kevan y ahora a Anthony, pero sí me gusta enseñar… me recuerda los tiempos en que mi maestro me enseñaba a mí.
-En un momento tuve algo de miedo... de que fueras como tu padre.... -hizo una pausa larga para tomar coraje de lo que iba a decir- pero sabía que no ibas a ser así... y esto me lo asegura
-No puedo culpar a nadie por pensar eso… sabés, siempre dije que nunca me iba a convertir en un hombre como mi padre… que irónico, lo terminé haciendo.
-Si pudiste hacer de Kevan tan buen caballero estando ebrio... quiero ver lo que lográs sobrio con Anthony
-Tampoco que me la pasaba ebrio todo el día, qué mala imagen tenés de mí…
-Esa es la imagen que dabas y querías dar... yo ahora sé que no sos así.
Le sonreí.
-¿Y cuándo lo descubriste?
-No sé... cuando prometiste quedarte a mi lado hasta que todo pasara...
-¿El día que interrumpí tu noche romántica con Ser William?
-No era para nada romantica, si esa noche- dijo y se rió.
-¿Cómo que no? Ustedes dos solos, una fogata al lado del camino, relatos de aventuras de un caballero, el frío de la noche…
-¿¿Te estás poniendo celoso Frank??
-Me cae bien Ser William… siempre y cuando no se te acerque.
-¡¡Nunca me imaginé que ibas a ser celoso!!- dijo lanzando una carcajada.
-¿Te parece gracioso? No te va a parecer gracioso cuando Ser William sea atravesado por mi lanza en el torneo- traté de parecer serio pero me empecé a reír al final de la frase.
-¡siii! me parece gracioso que el chico de la taberna se ponga celoso!! ¿que vas a hacer si me mandan a algún trabajo a solas con él?
-Si mi primo te manda con él no voy a poder hacer mucho… La realidad es que tampoco te puedo impedir estar con él si eso es lo que querés.
-Yo ya estoy con quien yo quiero, y sí, no lo pudiste impedir- dijo y me abrazó.
Por respuesta la abracé y le di un beso tierno en el cuello. Ella me besó en los labios y me empejó hacia abajo.
-No te quedes por la mitad...
Me reí.
-Está Anthony afuera… vas a tener que ser discreta- le dije y empecé a acariciarla por debajo de la ropa mientras ella me empezaba a morder el cuello y me bajaba los pantalones.
Estaba casi seguro que iba a hacer lo posible para hacerme gritar de placer por el simple hecho de divertirse si Anthony nos escuchaba, y no me equivoqué. Por suerte logré ser discreto.
-Fue un empate...- me dijo, su cara estaba roja. Yo me reí.
-Por ahora dejémoslo en un empate…
Salió de la tienda dedicándome una sonrisa mientras se arreglaba el pelo. Me vestí y salí y miré alrededor buscando a Anthony. Estaba lavando los trastos del desayuno. Le acaricié la cabeza y me dirigí hacia el fuego, mi plato de comida ya estaba frío pero aún así lo comí.
-¿Preparado para ir a buscar más cosas abajo?
Pensé que tenía ganas de ir a saludar a Balian y entrenar un poco con los muchachos. Él me miró con sus ojos abiertos de par en par.
-Hoy vamos a ir a visitar a los muchachos, y después vamos a traer algunas cosas para seguir trabajando en la casa.
Pero él estaba interesado en otra cosa...
-Maestro, ¡¿que le paso en el cuello?!
Claramente se refería a las marcas que me había dejado Selina...
-¿En el cuello? Seguro que me picó un bicho… un bicho bastante grande…
-¡pero lo pico muchas veces!, ¿esta bien?, ¿no se siente mal, no?
-No, estoy bien, seguramente no era venenoso, hay que tener cuidado con los bichos…
-¡Selina tambien esta toda picada!- dijo mirando a Selina- ¿¿los picó el mismo bicho?? ¿¿por eso no vino a comer maestro??
Me empecé a reír a carcajadas.
-Bueno, parece que había más de un bicho…
Me miró con esos ojazos sin entender nada, primero a mí, después a Selina.
-Terminá de lavar así vamos a buscar las cosas. Y tené cuidado con los bichos, parece que hay muchos.
-Sí maestro...- lavó el plato con cuidado.
Mientras me acerqué a Selina y le dije bajo para que él no escuche:
-Seguramente te estás divirtiendo bastante ¿no?
-Mucho- y mientras Anthony ordenaba las cosas me pillizcó el trasero.
-Lo imaginé ¿bajás con nosotros?
-Bueno, tengo que ir a ver a mis hombres.
Claramente me miró para ver que cara ponía, para mí era normal siendo caballero y ayudando a Bandar con las tropas pero... me molestaba un poco que estuviera rondando por ahí con otros...

No hay comentarios:

Publicar un comentario