domingo, 8 de julio de 2012

La llovizna cesó


La llovizna cesó, dejando paso a un cielo claro con un sol inusualmente radiante para el duro clima del norte. Un magnifico día para la jornada de caza que estaba programada. Sir Stonehouse hizo sonar el cuerno, y los hombres dieron a su equipo una última revisión. El joven Luka se dispuso a ensillar su caballo. Pese a que muchos hablaban del poco cuidado que le daba a su destreza física, no solía dejar por nada del mundo que los sirvientes toquen sus cosas. El abrigo era más que suficiente, aunque el frío le mordía el rostro, en especial en la zona donde su padre le había propinado un golpe, no tan fuerte como para marcarlo.
La mayoría de los presentes no había dicho nada cuando ambos salieron de la habitación, tras la discusión, y ambos habían estado silenciosos. Su padre no había gritado, no necesitaba hacerlo para humillarlo. Luka comprobó las cuerdas de su ropa de abrigo, las bridas, y su ballesta. En el estuche de dardos, verificó que estuvieran los cinco “especiales” que había preparado. Luego montó, y se dirigió al paso de su corcel al lugar de partida.
El objetivo de la cacería era claro: encontrar al enorme Jabalí macho que estaba arruinando los cultivos, devorándolos y contaminándolos con sus heces. Además, decían que era más grande que un caballo, y que tenia puntas de lanza clavadas en el cuerpo que lo atormentaban de dolor y lo convertían en una criatura peligrosa, sobre todo para gente sola y desarmada. De todos modos, por supuesto, la partida de caza cobraría otras piezas, a medida que aparecieran. El grupo de cazadores se dividió en dos para buscar al peligroso animal; Richard, el hermano bastardo de Luka e hijo, como él, de Lord Blackstorm, señor de esas tierras, se fue con el otro grupo, lo que arrancó a Luka un gesto de satisfacción. Ya era bastante malo tener que aguantarlo en palacio, viviendo casi como si fuera uno de los hijos legítimos de Señor, como para encima arruinar un bonito día soleado con su desagradable estampa.
Lord Blackstorm sólo parecía interesado en que su gente obedeciera, y en que sus campesinas estuvieran disponibles para el. Asi había nacido Richard. Mientras tanto, el Señorío se caía a pedazos, total, aquí en el norte siempre se le podía echar la culpa al duro clima, a lo difícil que es vivir aquí….para justificar la incompetencia del gobernante; no se supone que eso debería hacernos mas laboriosos? Más incansables? “Firmes Contra la Tormenta” decia el escudo de la casa, pero el padre de Luka sólo la mostraba con sus subalternos.   or eso le había molestado tanto su reprimenda. Si Bandar, el hermano pequeño de Luka,  era lo bastante bueno con las armas como para derrotar a su hermano mayor, mejor para él, que tenía de malo perder una pelea? Acaso los reinos se gobernaban ganando y perdiendo peleas de uno contra uno?.  Tan desautorizado se sentía Padre de que su hijo mayor no intentara ser el mejor en todo para ser un digno heredero?  Además, digno de que? Cualquier inútil podría hacerlo mejor que Bandariel Blackstorm.  Eso pensaba Luka, y lo que su padre vociferaba dejaba claro que el sentimiento era mutuo.
-jajajjajaj mi hijo? Matar al Jabalí? Por favor, no me humilles haciendo esas bromas…..
Luka contaba entonces con 14 años, edad a la que algunos muchachos tomaban las armas, o entraban como escuderos de un caballero, o algo similar. Nada de eso había logrado interesarle demasiado, y lo molesto que estaba su padre por ello parecía alimentar su aversión a esas cosas, aunque mas no fuera para llevarle la contra
La partida desmontó, dejando a los caballos en un claro. El rastreador había encontrado huellas que podían ser las de la bestia. Luka aseguró sus botas y ropas, y acaricio su ballesta. Su padre y Lord Stonehouse lideraban la batida de malezas, que iba abriendo camino bosque adentro. Los bosques del norte, aunque fríos, suelen ser bastante espesos, y en primavera y verano con las plantas estacionales en pleno verde, podía ponerse realmente difícil de transitar.
Un ruido de malezas puso al grupo en alerta y sacó a Luca de sus cavilaciones. Pareció una falsa alarma, porque uno de los guardias señaló a un pequeño conejo que rápidamente se escabulló entre la maleza. Pero de repente, en el flanco opuesto del grupo, un hombre salió despedido casi un metro, arrojado al suelo al cargar la enorme bestia , que había aparecido de improviso, contra él por detrás. El verraco recibió una descarga de flechas, ninguna de las cuales dio en el blanco, y cargó contra un segundo hombre, zamarreándolo de tal manera que en pocos segundos yacía sin vida debajo de los cascos del animal, que volvo a desaparecer en la espesura.
Bandariel vociferó una orden, y la partida se apostó para dar cuenta del animal, pero aparentemente se había retirado, quizá viendo que había demasiada gente. El Señor dio la orden de caminar en la dirección en la que la bestia se fuera, e imprudentemente, se adelantó a la partida. Stonehouse lo siguió de cerca, y extrañamente, también Luka, que llevaba su ballesta armada; el resto de los hombres avanzó con más cautela, algo más atrás.
Lo siguiente sucedió muy rápidamente; Stonehouse era sorprendido por el animal y apartado en su carga, siendo lanzado contra un árbol, y aunque afortunadamente no sufrió heridas graves, quedó fuera de combate unos instantes, mientras el Jabalí se abalanzaba sobre Lord Blackstorm. Este trató de herirlo con la lanza, pero cayó al suelo, lastimado, mientras la bestia se avalanzó sobre él, con intención de destrozarlo. Un sonido de saeta se oyó, sutil, mientras el resto de los hombres dudaban de disparar por miedo de herir a su señor. El animal entonces comenzó a tener terribles espasmos, mientras chillaba como un lechón mientras es sacrificado, y con una sacudida final se desplomó, sin vida. Tenia una saeta clavada en el cuello, cerca de las arterias. Luka bajaba su ballesta, sin haberse alterado en lo más mínimo por la situación. El veneno había funcionado, aún cuando él había pensado que la dosis quizá no fuera suficiente para un animal de ese tamaño, y se le notaba cierta expresión de satisfacción.
Un murmullo empezó a surgir de los guardias y de Stonehouse, que poco a poco se transformó en un aplauso. El muchacho había dado cuenta de la bestia y había, además, salvado a su padre. Pero éste no parecía compartir el sentimiento de general aprobación hacia su hijo. Tras unos instantes, en los que permaneció mareado en el suelo tras el ataque del animal, se incorporo y se dirigió con paso lento y firme hacia su hijo, dando un grito que corto por el aplauso
-Idiota!!! Cobarde!!! Has envenenado al jabalí , ahora no servirá para nada….mi hijo no sabe cazar, entonces asesina a las presas!!!!
Mientras decía esto se acercaba furioso a Luka, que permanecia de pie en el lugar desde donde había disparado, inalterable, y mirando a su padre a los ojos.
-Papa, con todo respeto, el jabalí hierve por una hora antes de cocinarse, no quedara nada de veneno para entonces….
Un golpe cruzó la cara de Luca, haciéndolo callar
-Silencio, idiota!! Un Caballero no mata con venenos!!! Y un señor no puede perder con la espada contra su hermano menor!!!! Que imagen estas dando???? Asi pretendes ser mi sucesor??? Eres una desgracia para la familia!!! Maldito el dia en que te engendre!!! Hubiera preferido que ese animal me mate, a que me salve un cobarde como tú de esa manera rastrera!!!
Un leve tono de miedo fue captado por Luka en su padre, además de que aquella reacción estaba evidente condicionada por la adrenalina del terror que acababa de pasar, desmintió aquella afirmación  en la mente de Luka, que sintió más pena que ira por su progenitor.
*Claro imbécil, y que tu me golpees delante de todos le hace mucho mejor a mi imagen” pensó Luka, secándose la sangre con la mano y dándose un masaje en el maxilar. Por suerte, ningún diente roto..había aprendido a cerrar la mandíbula de modo que las brutalidades de su progenitor no lo marcaran de por vida. No respondió nada, limitándose a desarmar la ballesta. Después, unos guardias cargaron al animal, y sin más ceremonias, la comitiva partió. Todo el mundo hizo silencio, como correspondía a la situación. Pero en el aire y en los rostros de los presentes había una clara desaprobación hacia la actitud del Señor de la Casa.
Con esa tensión, volvieron al castillo de trono. Allí, Bandar esperaba que volvieran. A sus 11 años era pequeño para participar de una cacería, que de todos modos no parecían agradarle demasiado. Aun así, era muy fuerte para su edad, y el día anterior había vencido a su hermano mayor con la espada; pero ahora lo veía pasar con el rostro magullado, y antes de la cacería se había enterado de que el padre de ambos había reprendido a Luka… asique fue a su habitación a ver qué había sucedido.
 -Bandar, como estas?- Luka sonó afable y tenia una sonrisa, pero también un golpe bastante fuerte en el rostro que le dejaba un ojo morado muy visible. En lugar de estar quitándose la ropa de fajina, parecía estar empacando.

 -Bien. ¿Cómo estas vos, hermano?- preguntó Bandar, con la cabeza baja -Cazaron algo? Qué pasó?-

Y agegó, algo consternado por no conocer bien la situación -Los guardias no me dejaron ver ninguna pieza-

 -Un jabali se murió- respondió Luka sencillamente, y con cierto tono irónico -Pero creo que papa no dejara que lo cocinen...-

El heredero de la Casa Blackstorm continuaba empacando. La mochila y la valija grande. Parecía que se iba a un viaje largo, sin siquiera descansar desde la cacería.

 -Te... te vas? Porqué?- Preguntó Bandar dándose cuenta rápidamente de la situación.

 -No es lugar para mi este. Evidentemente, papá necesita un hijo que yo no soy.....- Respondio Luka perfectamente tranquilo  -Tuve que matar al jabali con una flecha envenenada, por eso no creo que cenemos eso hoy....

-No entiendo... no entiendo porqué te vas... Sos el heredero de la casa- Dijo el hermano menor, sin entender nada de la situación  -Papá se la pasa hablando de vos

-Si, de cómo le voy a fallar- Sentenció Luka, mirando a su hermanito a los ojos. Aún era bastante más alto que él, pero creía que eso no seria para siempre. Al pensar eso se le dibujó al futuro maestre una sonrisa algo amarga.

-Lamento dejarte esta carga, hermanito, pero de verdad, es lo mejor.- Dijo Luka, con una sinceridad que iba a caracterizarlo, sin tratar de suavizar la situación.

 -Pero qué vas a hacer? Qué vas a comer? De qué vas a vivir? No podes irte! Qué vamos a hacer Richard y yo?- Bandar soltaba cada cosa que le venía a la mente, bastante consternado, sin haber pensado nunca que algo así sucedería.  -Sos el heredero de la casa!- gritó finalmente

 -Snow puede hacer lo que se le canten los arándanos. Yo me voy a estudiar. Es lo que hago mejor, me convertire en Maestre- Explicó Luka, ya sin mirar a su hermano mientras revisaba que todo estuviera en su lugar, en las valijas. No pensaba despedirse, ni siquiera de su madre, y por supuesto, tampoco del Bastardo. -Allí en la Citadela apreciaran lo que hago

Luego de cerrar una de las valijas, miró a los ojos a su hermano más joven y dijo -En cuanto a ti, hermanito, me temo que ahora eres el heredero....a menos que los bastardos hereden, creo que no.....- Y dicho esto, se quitó el anillo, dejándolo sobre su mesa de luz

Bandar explotó, estaba bastante furioso con la situación -Pero porqué!!! Por cazar un jabalí con una flecha envenenada?.....- y agregó --Porqué te gané con la espada? Mañana me dejo perder!

-No por eso, por todo, porque no me interesa ser un guerrero, porque no me interesa ser como papa, porque me parece estúpido saber pelear cuando diez arqueros con un poco de disciplina pueden terminar con el campeón mas poderoso de los todos los reinos. Porque los reinos no se gobiernan con fuerza. A lo sumo, con ella se sostiene el poder, pero no se construya nada, así.-

La respuesta de Luka había sido tranquila, convencida, lo suficiente como para que el joven Bandar comprendiera que no había nada que discutir. Luka agregó -Porque creo que esta tierra necesita otra cosa que un tipo como papá que se enseñoree en ella para un día morir en su mediocridad como tantos antes que el.-

Y luego señaló a su hermano  -Vos podes hacerlo, podes ser el hijo que quiere papa y ser también mucho mejor que él, lo sé. Gracias por venir, hermanito, o yo me tendria que quedar acá....-

Habia rabia, decepción, indignación en el rostro de Bandar, y lo disimulaba muy mal. Se sentía casi traicionado, aunque de alguna manera, le daba a su hermano el beneficio de la duda. Su respuesta fue brusca, pero sin odio.

-Andate... y volvé cuando seas maestre. Al menos voy a usar tus servicios como vos me estas usando ahora para irte.

Bandar volvió la espalda, para salir de la habitación, visiblemente enojado; estaba furioso, pero no iba a rogarle a su arrogante hermano, que siempre creía tener razón, que se quede. Además, aunque nunca había pensado en dirigir la Casa, pero de algún modo, aquello no le sorprendía, ni la idea le resultaba un peso imposible de llevar. Tomó el anillo antes de irse.  Ademas, apreciaba demasiado a su hermano como para tener una pelea con él si, como esperaba, no iba a volver a verlo por mucho tiempo.

Una sonrisa se apoderó del rostro de Luka, aunque ya no había nadie para verla. Era de amargura pero también de tranquilidad.

-Volvere, hermanito. Lo hare. – y luego elevo la voz, gritando -Cuida a mama por mi!-

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